No es novedad que los vínculos románticos de los integrantes de la monarquía, tanto en España como en el resto del mundo, sean un tema de conversación por demás mencionado. Y es que, a diferencia de los romances de los famosos del mundo del espectáculo o de la gente de a pie, los vínculos de los soberanos pueden traer consecuencias políticas y sociales, como sucedió con Felipe VI y Letizia.
Es de público conocimiento que este romance entre Felipe y Letizia no fue bien recibido por la mayoría de los integrantes de la monarquía de España, principalmente por los entonces soberanos. Luego, cuando el romance se convirtió en algo evidentemente serio y el príncipe de Asturias se comprometió con la periodista, las cosas comenzaron a cambiar, aunque no por mucho.
A casi 20 años de la celebración del matrimonio entre Felipe y Letizia, cabe recordar que su boda fue casi tan polémica como espectacular, y superó las expectativas de todo el mundo. Con casi 1700 invitados, entre ellos 30 casas reales, 4 presidentes del mundo y estrellas de todo tipo, la ceremonia dejó mucho de qué hablar por cambios inesperados en el protocolo y gestos y facciones de sus protagonistas, que no parecían estar celebrando y festejando con mucha energía.
Y, aunque la prensa local no dejó de comentar los aspectos más espectaculares del evento, incluyendo los detalles sobre la cara de felicidad y ternura del entonces príncipe Felipe y del vestido de novia de Letizia, diseñado por Manuel Pertegaz, el periodismo extranjero no paró de señalar los aspectos más negativos de la unión del heredero. Así y todo, hoy festejamos las dos décadas que los soberanos llevan juntos.