Jueves 7 de Noviembre 2024
HIJO ÚNICO

La ciencia desmiente 3 mitos sobre los hijos únicos

Algunos bulos que se repiten durante años.

Se han dicho muchas cosas sobre los hijos únicos. Fuente. (Twitter)
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Escrito en LO QUE NADIE TE HA CONTADO el

Siempre se ha cuestionado el hecho de tener un solo hijo. La figura de un niño solitario afectado por no tener un hermano con quien jugar y los supuestos problemas que esto podría traer, han estado a la orden del día y han llenado las mentes de millones de personas. Por fortuna, existe quienes se encargan de estudiar la situación para evitar que se expandan bulos al respecto.

Se ha dicho de todo sobre el hijo único. Fuente: (Twitter)

¿Los hijos únicos son menos sociables?

Alice Goisis, profesora del University College en Londres, desmiente esta información.  Ante la BBC ha compartido los estudios que ha realizado en el departamento de Demografía de la universidad y desvelado los resultados de los mismos. "La evidencia no apoya la idea de que los niños que crecen como hijos únicos tienen una especie de déficit en sus habilidades sociales, comparados con los niños que crecen con hermanos", afirma.

Los hijos únicos pueden ser igual de sociables que cualquier niño. Fuente: (Twitter)

Ser hijo único puede interferir en su desarrollo

Al contrario. Linda Blair, psicóloga británica, destaca que una de las ventajas que posee ser hijo único es que la mayoría del tiempo se va a estar interactuando con personas mayores, que tienen un nivel de lenguaje y conocimiento mayor. Eso logra que "el aporte lingüístico de los padres, no se vea interrumpido por el de otros niños, que tampoco proviene de sus pares, y que es necesario para el desarrollo del cerebro en los primeros 24 o 36 meses de vida".

Los hijos únicos pueden tener un mejor lenguaje al interactuar con personas mayores todo el tiempo. Fuente: (Twitter)

¿Pueden tener alguna enfermedad por ser hijos únicos?

Aunque parezca difícil de creer, hay personas que aún a día de hoy se encuentran convencidas de que ser hijo único puede derivar en alguna enfermedad o problema psicológico. Una frase que ya se ha negado incalculables veces y que no se ha mencionado desde los siglos XVIII y XIX por ningún profesional.