Góticos, esa subcultura alterna y oscura que alguna vez parecía relegada a cementerios y bares de poca luz, ha vuelto a ser protagonista.
Si miramos a figuras como Jojo Siwa en su reciente rebranding oscuro al estilo Kiss, o las colaboraciones de maquillaje con estética "cadavérica" de e.l.f. y Liquid Death, parece que lo gótico no es solo un recuerdo en sepia de los noventa, sino una ola que nuevamente pisa fuerte en la cultura popular.
El fenómeno se siente en el cine: 'Miércoles' reabrió el apetito de Hollywood por lo sombrío, mientras 'Bitelchús' y 'El cuervo' preparan su regreso para un público ávido de nostálgicos referentes. Incluso 'Lisa Frankenstein', explora un romance adolescente con un cadáver victoriano, apelando a ese público que alguna vez suspiró con Bauhaus y ahora, algo más crecidito, vuelve a la escena.
Los datos de Google Trends ya evidencian el incremento sostenido en la búsqueda de “goth”, y no parece casualidad que incluso en la televisión de horario estelar aparezcan personajes góticos. Lo gótico, en esencia, ha resucitado.
¿Gótico de manual o gótico para la vitrina?
Claro, con cada regreso vienen las voces que claman por la “pureza” del movimiento, y esta vez no ha sido la excepción. Con la llegada de 'Miércoles', los góticos de vieja escuela salieron de sus criptas para apuntar lo que veían como una “versión diluida” de su cultura.
Lo mismo pasó con el tráiler de 'El cuervo', donde los cambios de estética desconcertaron a quienes esperaban la esencia oscura y rockera que dejó Brandon Lee en 1994.
¿Es este nuevo gótico una reinvención honesta, o simplemente una tendencia más que pasará de largo? La respuesta, en parte, está en las calles, donde las Demonias reemplazan a los Uggs, y los festivales de goth y metal aún convocan a quienes buscan algo más que moda rápida.
Pero, ¿dónde queda el mensaje? Algunos críticos sostienen que Hollywood está tomando la estética gótica solo para despolitizar y vender un look sin sustancia a la juventud. Como diría la TikToker Clios World, quizá es solo una táctica más de las corporaciones para distraernos de crisis reales y crisis de identidad.
Un oscuro y eterno vaivén cultural
¿La nostalgia gótica actual es un regreso verdadero o una burbuja? A medida que el submundo gótico se convierte en tendencia, hay quienes defienden su autenticidad como si de un juramento se tratara, y otros que abrazan la evolución.
¿Quién tiene la última palabra? Quizás nadie. Pero una cosa es segura: mientras el debate entre “auténtico” y “poser” siga encendido, los góticos, al menos por ahora, han vuelto y están aquí para quedarse.