En los últimos años, se ha observado que el uso excesivo de las redes sociales puede tener efectos negativos en nuestra percepción de inteligencia y creatividad. Al pasar demasiado tiempo consumiendo contenido digital, muchas personas tienden a adoptar modos de expresión y pensamiento que reflejan lo que ven en plataformas como Instagram y TikTok.
Este fenómeno, se ha conocido como "brainrot" o "cerebro podrido" y hace referencia a que las personas tiendan a hablar y pensar en función de las tendencias y frases de internet, lo que puede afectar su capacidad para desarrollar ideas propias o reflexionar de manera profunda. El "brainrot" no implica una adicción a las redes sociales en el sentido tradicional, sino una especie de embotamiento mental que surge del consumo desmedido de contenido digital de bajo valor.
Para evitar los efectos negativos de las redes sociales en la percepción de la inteligencia, es recomendable limitar el tiempo de pantalla y hacer una "limpieza" de las cuentas que se siguen. De esta forma, cada persona puede tener un mayor control sobre el tipo de contenido que consume, buscando información de calidad y evitando el contenido superficial. Adoptar hábitos como la lectura, el ejercicio o actividades creativas fuera del entorno digital también contribuye a estimular la mente.
Finalmente, reducir la dependencia de las redes sociales puede ayudar a mejorar nuestras interacciones en la vida real. Conversaciones profundas y actividades fuera de la pantalla permiten ejercitar la mente y desarrollar pensamientos únicos, promoviendo una imagen personal más interesante y auténtica. Al utilizar las redes sociales con moderación y consciencia, es posible evitar el adormecimiento mental y fomentar un pensamiento más crítico.
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