No son muchas las festividades y celebraciones que se extienden a lo largo y a lo ancho del mundo. Sin embargo, sí existen algunos casos, con jornadas particulares que afectan el día a día de distintos países con diversas culturas. Un ejemplo de ello es Halloween, el evento que nos toca cada 31 de octubre.
Durante la noche de brujas, las calles se ven plagadas de disfraces y decoraciones, y, por supuesto, no puede faltar la pregunta más especial: “¿Truco o trato?”. Es una jornada de lo más divertida, que coexiste con otras celebraciones de nuestros fallecidos, como el Día de Todos los Santos, en España y América Latina, o el Día de los Muertos, en México. Pero… ¿cuál es el origen de Halloween?
El origen de la celebración de Halloween
Aunque no muchos lo sepan, el origen de esta Halloween data de hace casi 2000 años. Se vincula a la celebración de Samhain, el fin del verano, que llevaban adelante los pueblos celtas en lo que hoy es territorio francés, británico e irlandés.
Por entonces, aquellas comunidades creían que, por esas horas, los espíritus podían llegar al mundo terrenal. ¿El motivo? El debilitamiento de la línea que dividía al mundo de los vivos y el de los fallecidos. Por eso, se debía celebrar su presencia.
La mutación de Halloween
Con el correr del tiempo, pese a su origen, las características de Halloween se fueron diversificando. La influencia del catolicismo y las festividades romanas, con jornadas como la fiesta de la Pomona, cambiaron la noche de brujas, y la idea de las ofrendas comenzó a hacerse presentes.
En el siglo XXI, Halloween sigue entre nosotros, y por fin ha llegado. Diversión y terror se hermanan en una memorable jornada. Y vosotros… ¿cómo os preparáis para celebrarla?
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