Encontrar una moneda antigua escondida en algún rincón recóndito de nuestro hogar es una posibilidad perfectamente factible, sobre todo, en hogares longevos. Cuando esto nos sucede, es imposible que no nos genere algún tipo de curiosidad. Allí, aparecen preguntas por su historia, su origen, el cómo llegó allí y, por supuesto, la incógnita por su posible valor de reventa. Sin embargo, aunque los principiantes de la numismática no estén al tanto, existen ciertos trucos y herramientas que nos permitirán conocer el valor de ese tipo de monedas. ¿Queréis saber de qué se trata?
Lo primero que debemos hacer es determinar qué ejemplar tenemos entre manos, cuál es su material, y cómo están sus condiciones de conservación. Las monedas suelen llevar bustos de personajes históricos, su año de acuñación, y su denominación, lo que nos servirá para saber, básicamente, ante qué pieza estamos. Asimismo, con la ayuda de una lupa, o, incluso, de apps móviles como CoinSnap, intentaremos descubrir con qué material se fabricó nuestra moneda, y cuán bueno es su estado: cuantas menos marcas de desgaste tenga, mejor.
Una vez que hayamos averiguado qué ejemplar tenemos entre manos, es hora de indagar en el valor de mercado de las monedas como la tuya. Apoyándonos en la información de sitios web como Sixbid o eBay, o buscando en foros especializados o en indexadores de subastas, intentaremos hallar el precio justo para nuestra pieza. En caso de que no te resulte efectivo, puedes recurrir a algún coleccionista de tu ciudad.
Con estos sencillos trucos, averiguar el valor de reventa de nuestras monedas antiguas será cuestión de unos pocos minutos. Si recién te estás iniciando en el mundillo de la numismática, recalcaremos que, verdaderamente, vale la pena dedicar este tiempo a buscar todo lo que necesitas saber sobre tu ejemplar. No siempre sucede, claro, pero, en ocasiones, puede que estés ante una joya que te permita hacerte con una fortuna…
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