Vivimos en la era del sarcasmo y las risas a expensas de cualquier cosa, y parece que no hay retorno. Lo vemos en todo, desde las campañas presidenciales hasta las tragedias personales. Y no, esto no es una casualidad. Para muchos jóvenes, la ironía es el lenguaje principal para comunicarse en internet. Pero, ¿nos está apagando lentamente la capacidad de empatizar?
Ethel Cain, la talentosa cantante de American Teenager, parece pensar que sí. En una publicación reciente (que luego eliminó) en Tumblr, Cain lanzó un ataque contra la cultura del meme, llamándola la raíz del anti-intelectualismo. Y, aunque pueda sonar exagerado, tiene un punto.
El internet convierte todo en una broma. Un ejemplo: Charli XCX ondeando la bandera de Brat en un festival y sus seguidores fusionándola con una bandera de Palestina, mezclando activismo con humor, generando comentarios como “¡Free Bratestine!”. A primera vista, parece divertido, ¿verdad? Pero detrás de esa aparente gracia, hay temas muy serios siendo ninguneados. ¿Cuándo fue que perdimos la línea entre lo que es gracioso y lo que realmente importa?
Cain, cuyo introspectivo y sombrío álbum Preacher’s Daughter explora temas profundamente perturbadores, expresó su frustración ante cómo su obra ha sido reducida a un puñado de chistes repetitivos. "Me siento tan molesta porque estoy rodeada de bromas constantes", escribió, señalando la ironía vacía que rodea incluso las tragedias que plasma en su música. Y aunque Cain puede ser una artista singular, su queja resuena a una escala mucho más amplia. No se trata solo de su música: la ironía es el filtro con el que hoy miramos el mundo.
El problema es que la ironía ha dejado de ser un mecanismo de defensa y se ha convertido en un anestésico emocional. Durante la presidencia de Donald Trump, muchos pensaron que era imposible que ganara, y todo se convirtió en un gran meme. Hasta que ganó. Lo mismo ocurrió tras la tragedia de George Floyd, cuando empezaron a circular memes absurdos de Hello Kitty junto con eslóganes de protesta. Y recientemente, con el accidente que se cobró la vida de Liam Payne de One Direction, las redes sociales se llenaron de bromas sin espacio para el duelo genuino. Es como si no supiéramos cómo reaccionar sin usar el humor como escudo.
Cain y otros artistas han señalado que esta ironía omnipresente no solo trivializa, sino que también deshumaniza. Nos hemos acostumbrado tanto a reducirlo todo, a memes que hemos perdido la capacidad de entender el dolor ajeno, y lo que es peor, de cuestionar las verdaderas raíces de los problemas. Sí, está bien reír, pero no todo tiene que ser una broma. Y quizás, como señala Cain, es momento de reaprender dónde está el límite.