Imagina esto: estás saliendo con alguien increíble, pero cada vez que te cruzas con sus amigas, tu piel se eriza. No es que tengan prejuicios retrógrados o que hagan comentarios horribles (aunque a veces se acercan), es que simplemente no conectan contigo. Mientras todos parecen reírse a carcajadas y compartir un código secreto de bromas que no entiendes, tú te preguntas si es normal sentir este leve rechazo. Pues aquí estamos para decirte: sí, es normal.
Hay una creencia que se ha impuesto en las relaciones modernas: para que la cosa funcione, tienes que amar no solo a tu pareja, sino también a todas las personas que la rodean. En teoría, suena genial, pero la realidad es otra. No tienes que convertirte en la mejor amiga de su grupo de amigas, ni quedarte hasta la madrugada escuchando historias de un viaje de ayahuasca que no te interesa. Y está bien. El problema surge cuando la cosa va más allá de la simple indiferencia y se convierte en una tensión palpable. Entonces, ¿cómo navegas ese terreno sin comprometer tu relación?
Primero, reflexiona un poco sobre la raíz de tu molestia. ¿Es que su grupo de amigas realmente no te agrada o es que sientes que tu pareja cambia cuando está con ellas? Tal vez sea una mala primera impresión que nunca lograste sacudirte. ¿Son personas que genuinamente te hacen sentir mal o simplemente son diferentes de tus amistades? Si la respuesta es la primera, tal vez necesites pensar en qué significa que tu pareja se rodee de esas personas. Si es solo una cuestión de personalidad, el desafío está en aceptar las diferencias.
Eso sí, ser honesto completamente sobre tus sentimientos puede no ser la mejor idea. No porque mentir sea recomendable, sino porque a veces la honestidad absoluta solo complica las cosas. Puedes reconocer que no te llevas del todo bien con sus amigas, pero tampoco es necesario detallar cada pequeño aspecto que te irrita. El equilibrio está en dejar claro que, aunque no te caen bien, eso no afecta el tiempo que quieres pasar con tu pareja. Puedes dejar que tu pareja disfrute de su círculo social mientras mantienes tu espacio protegido.
Finalmente, recuerda que no es necesario que el amor entre dos personas implique la fusión perfecta de sus grupos sociales. Tener amigos distintos puede ser algo muy saludable. Lo importante es que el tiempo que pasas con tu pareja sea especial y que ambos puedan protegerse mutuamente de cualquier dinámica incómoda. Todo lo demás es solo ruido.