Si hay algo que caracteriza al ámbito de la gastronomía es, sin lugar a dudas, el espacio para la innovación y la creatividad. En la cocina hay sabios y expertos, pero hasta el mejor y más metódico de los chefs no dudará en aconsejarte que, si quieres intentar idear un nuevo plato, no pierdas la oportunidad de hacerlo. Por eso, hoy exploraremos en una receta muy curiosa que para muchos puede ser una aberración, mientras que para otros puede ser una genialidad: costillas de cerdo con refresco de cola. ¿De qué se trata?
Las costillas de cerdo con refresco de cola no son difíciles de preparar, pero demandan cierta cantidad de tiempo. Lo primero que debes hacer en esta receta es precalentar el horno a aproximadamente 180 grados, para, unos minutos después, añadir la carne condimentada con sal, pimienta, orégano y aceite de oliva. Incluso, si así lo queréis, podéis utilizar más especias, al gusto.
Una vez que la carne esté sellada por todas las partes, es momento de bajar la temperatura del horno hasta los 140 grados, y será la hora de que el refresco de cola ingrese a la receta. En un bol, preparemos una suerte de salsa con dicha bebida y hojas de laurel, a la que podéis añadirle cualquier otra especia que os plazca. Cada una serie de minutos –pueden ser 10 o 15–, le añadiremos unas cucharadas por encima a las costillas de cerdo. Luego de repetirlo por al menos 3 o 4 veces, la preparación estará finalizada.
El resultado de esta receta son unas costillas de cerdo cuya ternura estará garantizada por la gran cantidad de tiempo que pasaron en el horno, y el aporte del refresco es fundamental, pues le dará un toque dulce, similar al de la salsa barbacoa, que combina a la perfección con este tipo de carne. Es una idea curiosa, pero, sin lugar a dudas, vale la pena darle una oportunidad. ¿Qué esperáis para hacerlo?
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