El entrenamiento de nuestros perros es, indudablemente, uno de los asuntos más importantes a tener en cuenta para educarlos y lograr que se comporten como queremos. Razonablemente, al no poder dialogar como con una persona, es un proceso que conlleva dificultades, pero, aunque no lo sepamos, los chuchos nos entienden mucho más de lo que creemos, y cuentan con una notable capacidad de aprendizaje.
Lo primero que hay que tener en cuenta, indican los especialistas, es que no todos los perros tienen los mismos perfiles cognitivos: hay algunos con más facilidad para aprender y otros con menos, por lo que hay que tener paciencia y constancia. Asimismo, los expertos aseguran que el refuerzo positivo es más eficaz a la hora del aprendizaje, es decir, es preferible que premiemos a nuestro amigo canino cuando obedece, en lugar de que lo castiguemos cuando no atiende a nuestros planteos.
A nivel biológico, también existen ciertos plazos relevantes a tener en cuenta, pues el desarrollo de la mente de los perros es clave para el aprendizaje y el entrenamiento. Recién a las 8 semanas de vida, un cachorro comienza a registrar recuerdos, es decir, antes de eso no debes frustrarte si no se acostumbra a jugar de cierto modo o a hacer sus necesidades en un lugar puntual. A las 10 semanas, aparece en ellos el autocontrol, ya no buscan cumplir sus anhelos de forma tan impulsiva, y su posibilidad de comprender y registrar gestos y órdenes aumenta sensiblemente.
Como se puede ver, el proceso de entrenamiento de los perros resulta considerablemente complejo, y hay diversos factores que se deben tener en cuenta. ¿Lo más importante? Tomarlo con calma, tener en cuenta los plazos de desarrollo de nuestra mascota, y no caer en la frustración ante la primera desobediencia. ¡Con paciencia, lo lograrás!
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