Entre los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía, y la actual reina Letizia, siempre ha existido un vínculo distante, plagado de críticas y descontento. Para los padres de Felipe VI, la consorte de su hijo no cumplía con las expectativas como futura heredera al trono; la veían simplemente como una plebeya divorciada. Aunque mantenían las apariencias en público, puertas adentro las cosas eran muy distintas.
Letizia, consciente de esta actitud, optó por guardar silencio y tolerar la situación. Sin embargo, no dejó pasar esta experiencia con sus nueros y, cuando tuvo la oportunidad, emprendió sus represalias. Juan Carlos I fue el blanco principal de sus acciones, ya que la reina no toleraba ni sus prácticas corruptas que dañaban la imagen de la monarquía ni sus reiteradas infidelidades matrimoniales. La soberana presionó para retirarle la asignación al esposo de doña Sofía hasta lograr su abdicación y obligarlo a radicarse en Abu Dabi.
Mientras tanto, Letizia iba arrinconando a la reina Sofía, quien ha perdido protagonismo en la monarquía, siendo relegada solo a actos secundarios. Además, la madre del rey Felipe ha visto cómo su nuera desintegraba a la Familia Real, alejando a las infantas Elena y Cristina, así como a algunos de sus nietos, principalmente a Froilán y Victoria Federica.
El objetivo de doña Sofía tras la polémica difusión sobre Letizia
No obstante, los sonados testimonios de Jaime del Burgo en redes sociales y de Jaime Peñafiel en su libro 'Letizia y yo' han tenido una devastadora repercusión en el entorno de la reina Letizia, quien ha perdido autoridad en la Casa Real y sus valores han quedado en entredicho. En este contexto, doña Sofía ha ido recuperando el terreno perdido, con el objetivo de volver a ser la matriarca de Zarzuela.