En 1995 se celebró una de las bodas más importantes para el mundo del entretenimiento. Rocío Jurado y José Ortega Cano se dieron el ‘Si, quiero’ en una imponente ceremonia delante de más de 1.300 invitados. Aun cuando han transcurrido más de dos décadas del magno evento, este sigue dando que hablar pues, la unión de los mediáticos estuvo repleta de secretos que lograron su perfección.
En primer lugar, Rocío Jurado y José Ortega Cano tuvieron que construir una ermita para la ocasión, la cual bautizaron como ‘Las Vírgenes’. En el templo, fueron cinco imágenes las que precedieron la ceremonia: la de Nuestra Señora del Espíritu Santo, la Virgen de Regla, la de la Caridad del Cobre, la de la Macarena y la de la Santísima Trinidad. También se conoció que la cantante y su hija Rocío Carrasco, llegaron media hora tarde a la ermita.
Para la boda con José Ortega Cano, Rocío Jurado confió la confección de su vestido de novia al diseñador oriundo de Colombia Carlos Arturo Zapata. El vestido tenía un escote barco y cola, estaba confeccionada en seda salvaje, chantilly y organsa en color champán. Con la intensión de poder celebrar la fiesta, la cantante cambió su vestido por uno blanco formado por un cuerpo bordado de escote cuadrado y amplia falda de vuelo. Su peinado y maquillaje quedó en manos de su hermana Gloria Mohedano y Rosa Benito.
La boda de las carpas
La boda de Rocío Jurado y José Ortega Cano contó con poco más de 1.300 invitados; sin embargo, la ermita únicamente tenía capacidad para 200 personas por lo que se tuvo que recurrir a la utilización de una pantalla gigante para que aquellos que no pudieron entrar, viesen en vivo el enlace. Sin duda, la ceremonia entre el diestro y la cantante seguirá siendo un evento insuperable e inolvidable.