Por cuestiones hormonales, alimentarias, e incluso por el propio paso del tiempo, la fragilidad en el pelo es un problema que aqueja a muchas personas. Poco a poco, podemos notar que nuestro cabello se quiebra con facilidad, se siente seco y denota falta de brillo, generándonos una indudable preocupación. Pero, ¿podemos mejorarlo? ¡Por supuesto que sí! Y aquí te enseñaremos cómo.
En primer lugar, es importante evitar recoger nuestro pelo de forma muy tirante, pues eso lo tensará y hará que se rompa sin mayores obstáculos. En la misma línea, es importante cepillarlo cuando esté seco, y no mojado. Si recién salimos de darnos una ducha, lo mejor es que lo desenredemos con nuestras propias manos.
Además, debemos proteger del sol a nuestro cabello y evitar los tratamientos con productos invasivos o con herramientas térmicas. Y si acostumbramos teñirnos de algún color, es fundamental que lo hagamos de manera no tan frecuente, y con tinturas naturales, que no cuenten con tantos químicos en su composición. ¡Con cuidado!
Con respecto a la influencia capilar de nuestra alimentación, una dieta saludable y equilibrada es fundamental. Nuestro pelo estará más fuerte si nos ocupamos de incorporar todo lo que el mismo necesita: las proteínas, la biotina, el hierro, la vitamina A, la vitamina C, la vitamina E, el zinc y el selenio.
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