Las monedas antiguas se han convertido en un tesoro que multiplica su valor a niveles impensados. En un contexto inflacionario y de dificultades económicas, algunos de estos ejemplares pueden ser una rentable solución para la economía doméstica, gracias la compra y venta de estas piezas en mercados de coleccionismo o subastas.
El mundo de la numismática ha evidenciado que algunas monedas pueden esconder una auténtica fortuna que cada día supera exponencialmente su valor nominal. Según el Banco de España, aún quedan sin cambiar un total de 266.051 millones de las antiguas pesetas, por lo que es posible que tengas algunas de ellas en tu casa sin saber que podrías convertirlas en una millonaria suma de dinero.
Si bien estas monedas ya no se pueden intercambiar en el mercado formal, hay muchos de estos ejemplares que son especialmente valorados entre los coleccionistas. El Centén de Segovia es uno de los más cotizados. Se trata de los 100 escudos de oro que se acuñaron en 1609 y 1633 y que ha alcanzado la impresionante cifra de 800.000 euros en el 2009. Otros de los más requeridos son los Ocho escudos de oro de Pamplona (1652), que fue subastado por 614.250 euros en 2012.
Completan la lista: la moneda de 100 pesetas del reinado de Amadeo I (1871), cuyo valor alcanzó los 164.000 euros en 2019; la primera moneda de 100 pesetas, valuada en 450.000 euros en una subasta del 2021; y, por último, la pieza de cinco pesetas "raras" acuñada en 1969, que, debido a su escasez, su valor aumenta de manera gradual en la actualidad.