La tensión en la familia real de Mónaco se ha hecho evidente una vez más, esta vez durante el reciente homenaje a Rainiero de Mónaco. Las princesas Carolina y Estefanía no ocultaron su rivalidad con Charlène, la esposa del príncipe Alberto, sacando a relucir trapos sucios en la 'familia'.
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El evento en conmemoración del centenario del nacimiento de Rainiero, que tuvo lugar el 31 de mayo en el Principado, se convirtió en el escenario perfecto para exponer las profundas diferencias entre las princesas monegascas. A pesar de los intentos de las autoridades por desmentir cualquier rumor de mal vínculo, la realidad es que las princesas no intercambiaron ni un gesto ni una palabra de cortesía durante todo el día.
Las cámaras captaron a Charlène ocupada cuidando de su hija Gabriella, mientras Carolina se encontraba en compañía de los más pequeños, pero sin acercarse a su cuñada. Esta imagen dejó al descubierto la clara rivalidad existente, donde cada una busca acaparar el protagonismo y demostrar su superioridad en el Principado.
Estefanía se ha convertido en una aliada inesperada de Carolina
En este conflicto, Estefanía se ha convertido en una aliada inesperada de Carolina. La menor de los Grimaldi se ha unido a la guerra contra Charlène, respaldando a su hermana mayor. Aunque la rivalidad entre Charlène y Carolina tiene sus orígenes en un error de protocolo durante la boda de la nadadora con Alberto en 2011, se sugiere que va más allá de ese incidente. Carolina considera que su cuñada no cumple con sus responsabilidades oficiales en el Palacio y cree que no es digna de representar a la Casa Grimaldi.
Charlène, por su parte, ha respondido a los ataques calificando a Mónaco como un "nido de tiburones y víboras" en una entrevista. Esta declaración ha avivado aún más el fuego de la rivalidad entre ellas. Aunque el vínculo entre Charlène y Estefanía es un poco más cordial, no se puede decir que sean amigas. La distancia entre ellas es evidente y la tensión resulta insostenible.