Con su boda a la vuelta de la esquina, Tamara Falcó ha acaparado la atención de todos los medios posibles, esto se debe a que su casamiento promete ser el enlace del año. La Marquesa de Griñón ha demostrado en varias oportunidades su excelente gusto y refinamiento propio de su título, y es por ello que todo el mundo se espera que su boda con el empresario Íñigo Onieva, sea de ensueño.
Tamara Falcó hace su arribo en este mundo un 20 de noviembre de 1981 en Madrid, tercera hija del Marqués de Griñón Carlos Falcó, y cuarta de Isabel Preysler. Cabe mencionar que la socialité, madre de la actual Marquesa de Griñón, estuvo casada con Julio Iglesias con el que tuvo tres hijos; Chábeli, Enrique y Julio José, hermanos de la futura esposa del empresario Íñigo Onieva.
Si hay algo que Tamara Falcó conserva del matrimonio de sus padres, es la intimidad con la que decide festejar su matrimonio. Y es que Carlos Falcó e Isabel Preysler se unieron en matrimonio un 23 de marzo de 1980 en la capilla de la ermita de Malpica de Tajo, Toledo, donde el marqués tenía sus bodegas y solo fueron 20 invitados al enlace. Siguiendo esa tradición la colaboradora de ‘El Hormiguero’, contará también con unos pocos allegados en su enlace con Íñigo Onieva.
El recuerdo que mantiene Tamara Falcó
Durante su infancia Tamara Falcó, luego de que sus padres se separaron, pasó tiempo en ambos lugares; iba de Puerta de Hierro a la finca de su padre de Malpica del Tajo. Allí, la prometida de Íñigo Onieva pasaba felices temporadas donde su padre, Carlos Falcó, la trataba como si niña mimada. Un vínculo indestructible a pesar de los años y de que ya no esté físicamente con ella es el que tenía con su padre, quien se refería a las travesuras de su hija como ‘las cosas de Tamara’. Incluso la socialité mencionó como era en ese entonces: "Me convertí en una caprichosa. En casa de mami me daban todo lo que pedía. Papi menos".