La reina Letizia fue una de las invitadas más aplaudidas en la coronación del rey Carlos III del Reino Unido, tanto por su acertado estilismo como también por su profesionalidad. Sin embargo, detrás de su impecable apariencia y actitud solemne, se esconden secretos que han despertado la curiosidad de muchos.
Durante la ceremonia en la abadía de Westminster, en Londres, hubo momentos en los que la seguridad de la reina Letizia se ha llegado a ver afectada. Se percibieron ciertos gestos de preocupación en el rostro de la royal, que podrían haber sido causados por la inesperada lluvia que comenzó a caer.
A diferencia de su versión más espontánea y sonriente que ha dejado ver en Buckingham, Letizia adoptó una actitud más seria y contenida. La esposa del rey Felipe era consciente de que la ocasión requería solemnidad y midió con mucha precisión su lenguaje gestual, luciendo además destacados diseños y sin renunciar a los guantes, a pesar de que el código de indumentaria era más relajado.
Las claves de Letizia en Londres
Aunque no era el centro de la ceremonia, Letizia parecía ocultar algo. Su comportamiento meticuloso y su capacidad para mantener la compostura en momentos de tensión han generado interrogantes sobre los verdaderos pensamientos y emociones que estaba experimentando durante la coronación. Lo cierto es que la reina no deja ningún detalle al azar y esta vez no ha sido la excepción.