Dos princesas, dos reinos, dos situaciones similares. Mary de Dinamarca y Charlène de Mónaco comparten más que solo el título real; ambas han atravesado momentos difíciles vinculados a la realeza. La crisis actual de Mary, con la infidelidad de Federico, recuerda a la perpetua sospecha de tristeza que rodea a Charlène.
El reciente escándalo en la familia real danesa, desencadenado por las fotos comprometedoras del príncipe Federico con Genoveva Casanova, ha llevado a Mary Donaldson a buscar refugio en Australia junto a sus hijos. En este difícil momento, las similitudes con Charlène de Mónaco son notables. Ambas princesas han enfrentado situaciones complicadas que las han llevado a alejarse temporalmente de sus responsabilidades reales.
La visita de Federico a Australia para reunirse con Mary y los niños refleja los esfuerzos por reconciliarse y superar la crisis matrimonial. Así como Charlène fue objeto de especulación sobre su bienestar y felicidad, ahora Mary enfrenta la atención de los medios y las preguntas sobre el futuro de su matrimonio. Ambas damas han optado por la discreción, alejándose de la atención pública durante momentos difíciles.
La ausencia de Mary en la tradicional fiesta de Navidad en Dinamarca añade un elemento de incertidumbre sobre el estado actual de su matrimonio. Aunque se espera que la pareja regrese reconciliada, la atención se centra en cómo enfrentarán la crisis. Mientras Charlène y Mary de Dinamarca comparten la experiencia de ser princesas en situaciones complicadas, solo el tiempo desvelará el rumbo de sus respectivas vidas reales.