Como hemos visto en reiterados casos, son de lo más diversos los motivos que pueden convertir a una moneda en una auténtica pieza de colección para los numismáticos. Su estado de conservación, su valor nominal, su historia, su escasez, sus materiales de acuñación o los errores cometidos durante el proceso de la misma son variables que inciden en el hecho de que una pieza cualquiera pase a ser una joya del coleccionismo.
Por eso, el caso de este ejemplar es verdaderamente curioso, pues cumple prácticamente con todos los requisitos para ser una codiciada pieza coleccionable. Es escasa, pues es de 1886, es valiosa materialmente, pues fue acuñada con 17 gramos de oro de 22 kilates, y tiene valor histórico. ¿Sabéis a qué moneda nos referimos?
La moneda de 10 dólares de 1886, conocida como ‘Águila de Oro’, es una de las piezas estadounidenses más buscadas por los coleccionistas. Lleva, de un lado, el busto de la Estatua de la Libertad, y del otro, una imponente águila. Su valor en el mercado coleccionista es, por supuesto, muy superior al de su denominación, y oscila entre los 1500 y los 1800 dólares dependiendo de su estado de conservación.
Como se puede ver, esta moneda cumple con absolutamente todos los requisitos necesarios para ser una joya anhelada por los numismáticos. Es difícil de conseguirla, ciertamente, pero su belleza y su valor de mercado hacen que valga la pena que intentemos dar con ella.
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