Ana Obregón tiene una vida que cualquier cineasta podría comprar y contar en las grandes pantallas. Su vida siempre estuvo vinculada a la televisión, a la presentación de eventos importantes y a los programas televisivos. Sin embargo, desde que su nieta llegó a su vida, todo ha cambiado para ella.
Su hijo Aless Lequio la dejó tras batallar por mucho tiempo con una enfermedad que al día de hoy no tiene cura. Eso ha sido terrible para Ana Obregón, ya que tuvo que despedir a su hijo de 28 años de edad. La presentadora no encontraba esperanza para continuar sonriendo, hasta que hace 17 meses llegaba a su vida Anita, su nieta, a quien cuida como su hija.
Ana Obregón ha decidido ir hacia su casa de Mallorca para descansar junto a su nieta, pero también para que la pequeña conecte con el entorno familiar que su padre ha dejado. La presentadora ha dicho que ha vuelto a vivir desde su llegada y que daría absolutamente todo por su felicidad.
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Lo cierto es que Ana Obregón ha hecho oídos sordos a todas las críticas que recibió por fomentar el nacimiento de su nieta (a través del método de subrogación), pues se la cuestionó por su edad a la hora de criar a una pequeña. En Costa de los Pinos, sitio donde tiene su finca, la presentadora asegura que Anita será su sustituta y, lo más importante, que la niña es la conexión en este mundo con su hijo. Además, la actriz asegura que son muy felices, que el verano las hace sonreír más de la cuenta y que estarán juntas siempre, porque así está escrito.