En un año agitado para la Familia Real británica, marcado por la enfermedad de Carlos III y Kate Middleton, y el reciente incidente de la princesa Ana por un caballo, el monarca tomó una decisión significativa para acercarse más a los ciudadanos, quienes le han apoyado durante su recuperación. En un gesto hacia la transparencia, abrió al público el histórico castillo de Balmoral, construido en 1855 y conocido como el "querido paraíso en las Tierras Altas" por la reina Isabel II.
El castillo de Balmoral, donde la Familia Real suele relajarse en verano, anteriormente permitía acceso limitado al público a través de los jardines y el salón de baile. Sin embargo, las recientes visitas guiadas han expandido el acceso a otras áreas históricas como el vestíbulo de entrada, el pasillo rojo, los comedores principal y familiar, el vestíbulo de los pajes, la biblioteca (actualmente utilizada como despacho por Carlos III), y el salón, donde en septiembre de 2022 la reina Isabel II recibió a la entonces nueva Primera Ministra, Liz Truss.
Durante el recorrido también se ven trajes usados por los integrantes de la Corona, la colección pictórica del monarca que incluye obras de Sir Edwin Henry Landseer, famoso por los leones de Trafalgar Square y veraneante habitual en Balmoral por invitación real. Además, hay objetos como el timbre usado para llamar a la cena, el silbato del chófer y las nuevas incorporaciones introducidas por el hijo de la reina Isabel II, Carlos III.
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Al abrir las puertas de Balmoral, se desvela un fragmento muy personal que ha sido crucial para la historia reciente de la Familia Real. Fue en este castillo donde el 8 de septiembre de 2022 perdió la vida la reina Isabel II. Sus restos mortales reposaron inicialmente en el salón de baile de esta residencia, en una ceremonia con sus hijos y nietos, antes de ser trasladados al Palacio de Holyroodhouse en Edimburgo, la Catedral de San Giles y finalmente a Londres. El 19 de septiembre se celebró su funeral de Estado en la Abadía de Westminster, seguido de su entierro en la capilla de San Jorge en Windsor junto a su esposo.