La exótica flor del amor, el anturio, ha conquistado el mundo de la decoración de interiores con su forma de corazón y sus vibrantes colores. Conocida científicamente como Anthurium, esta planta tropical se ha vuelto una favorita por su apariencia enigmática y facilidad de cuidado, convirtiéndose en una tendencia clave en la decoración de hogares.
El anturio no solo destaca por su belleza visual, sino también por su historia y sus cuidados relativamente sencillos. Aunque requiere de suelos húmedos y mucha luz indirecta, esta planta puede florecer continuamente en interiores, siendo ideal para quienes buscan un toque de elegancia. Sin embargo, se debe tener cuidado, ya que su flor es tóxica para mascotas y niños pequeños, lo que la hace menos adecuada para algunos hogares.
El origen del anturio se remonta a las selvas de Colombia, donde fue descubierto por el botánico Edouard André en 1876. A lo largo del tiempo, la planta ha sido asociada con la fertilidad y los poderes afrodisíacos, debido a su llamativa anatomía. La peculiar forma de corazón de sus hojas y la espádice central han fascinado a muchas culturas.
Además de su atractivo estético, la NASA ha corroborado que el anturio tiene la capacidad de purificar el aire. Gracias a sus grandes hojas, esta planta absorbe sustancias tóxicas como el amoníaco, el xileno y el tolueno, presentes en muchos espacios, lo que la convierte en una opción no solo decorativa, sino también funcional para mejorar la calidad del aire en interiores.
Cómo cuidar un anturio
Cuidar un anturio implica proporcionarle humedad constante y luz adecuada, sin exponerla directamente al sol. Con un poco de atención y el abono adecuado, el anturio puede prosperar en cualquier hogar, añadiendo un toque exótico y saludable a la decoración.