Elegir la manta ideal para decorar tu sillón no solo añade un toque estético a tu espacio, sino que también contribuye a crear una atmósfera acogedora. El primer paso para hacer la elección correcta es definir el estilo de tu sala. Si tienes un sillón en tonos neutros, puedes optar por una manta que contraste en color o textura. Pero si el mobiliario ya tiene colores fuertes o estampados, elige tonos suaves y minimalistas para equilibrar la decoración.
La composición de la manta también es fundamental. Materiales naturales como el algodón o la lana son excelentes opciones, ya que son duraderos. Las mantas de algodón son ideales para climas cálidos o estaciones intermedias, mientras que la lana aporta calidez en los meses más fríos. Pero si buscas una opción más ligera, las mantas de lino o mezclas de fibras sintéticas pueden ser funcionales.
El tamaño es otro aspecto clave. Para asegurar que se vea bien en tu sillón, es recomendable elegir una que cubra la mayor parte del asiento sin resultar demasiado voluminosa. Las mantas oversize son una excelente opción si te gusta acurrucarte en el sofá. Cuando no la uses, simplemente dóblala y colócala de manera estratégica sobre un lado del sillón o en una cesta decorativa.
Por último, no olvides el color y los patrones de las mantas. Si bien los colores neutros como el beige, gris o blanco son fáciles de combinar, no dudes en introducir patrones geométricos, rayas o cuadros si quieres algo que sea fuera de lo común. En cuanto a los tonos, colores como el azul marino o el marrón tierra pueden aportar una sensación de calidez durante el otoño e invierno.
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