Rocío Jurado, la inolvidable artista que marcó la historia de la música, dejó un legado no solo en el mundo de la canción, sino también en el inmobiliario. La cantante, nacida en Chipiona, contaba con varias propiedades que reflejaban su éxito y buen gusto.
La casa donde nació Rocío Jurado, en la calle Larga 115 de Chipiona, se ha convertido en un punto de peregrinación para sus admiradores.
En la Avenida Nuestra Señora de Regla 61, construyó un chalet llamado "Mi abuela Rocío", que era su refugio familiar y ahora está cubierto de dedicatorias de sus seguidores.
En Madrid, donde se trasladó a fines de los años 50, Rocío vivió con su esposo Pedro Carrasco en un elegante piso con muebles ostentosos y una decoración de la época. En los años 80, cuando su éxito se internacionalizó, adquirió una propiedad en La Moraleja con un tablao flamenco, piscina y una lujosa decoración influenciada por Miami.
Una de sus propiedades más emblemáticas fue la finca La Yerbabuena, donde se casó con José Ortega Cano y construyó la ermita Las Vírgenes. Esta finca de 800 hectáreas, con una casa principal decorada con muebles de mimbre blanco y elementos taurinos, fue vendida en 2013 por cerca de 6 millones de euros.