Si algo ha caracterizado a Charlène de Mónaco desde que irrumpió en el mundo como princesa es su nulo temor a expresarse a través de su estilo. La esposa de Alberto II de Mónaco ha dado cátedra de estilo en numerosas ocasiones y siempre ha llamado la atención por sus elecciones relacionadas a su estilismo.
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En esta ocasión, Charlène y Alberto de Mónaco han sido reconocidos por su labor solidaria en los premios Maria Callas. En la tercera edición de la gala, celebrada en la Ópera de Montecarlo, se les ha hecho entrega de este reconocimiento, junto con el premio a Nana Mouskouri como la mejor cantante del mundo.
Durante su reaparición pública después de asistir a la coronación de Carlos III, Charlène ha sorprendido con un nuevo look. La princesa ha cambiado su cabello rubio, que en algún momento fue casi platino, pero ahora lo llevan con reflejos, por un tono castaño chocolate.
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Para su regreso, lució un mono azul marino de pierna ancha y corte asimétrico, adornado con ondas que comenzaban en el escote y terminaban en el hombro. Charlène completó su sofisticado conjunto con unos impactantes pendientes de diamantes en forma de flor. Charlène y Alberto enseñaron cercanía durante el evento, tomándose de la mano y sonriéndose, posiblemente para disipar los rumores de separación que los rodean.