Pedro Almodóvar se consagra como uno de los grandes nombres del cine internacional tras recibir el León de Oro en el Festival de Venecia por su película La habitación de al lado, su primer largometraje rodado en inglés. Almodóvar, quien llevaba 44 años sin conseguir un galardón de esta magnitud en los grandes festivales, celebró el momento con emoción y reflexionó sobre su carrera y el impacto del cine en la sociedad.
En la rueda de prensa posterior a la clausura del certamen, el director manchego compartió su alegría por este reconocimiento y recordó cómo su trayectoria ha estado marcada por el cambio social en España. “En estos 44 años hemos pasado de una dictadura atroz a tener todas las libertades accesibles para todos. Mi carrera ha ido bastante unida a la llegada de la democracia en España, y ya de por sí eso es algo que hay que celebrar”, señaló. Almodóvar también confesó que en sus primeros años como cineasta, un premio como este “le habría salvado la vida”, pero ahora, con una sonrisa, añadió: “Cuando lo tienes, te vuelves adicto al premio. A partir de ahora no podría vivir sin él, pero hasta ayer viví perfectamente sin él”, provocando las risas de los presentes.
Su película, que cuenta la historia de dos amigas, interpretadas por Julianne Moore y Tilda Swinton, en un viaje hacia la partida de este mundo de una manera más amena, también lanzó un mensaje político que el director no quiso evitar. “Si, la ultraderecha y el neoliberalismo feroz van juntos, eso es lo peor que puede ocurrirnos a todos”, subrayó, señalando la importancia de observar de cerca las elecciones en Estados Unidos y su impacto global.
Por último, Almodóvar habló de la relevancia de la solidaridad, tema central de su película. “Estar al lado de alguien es una cualidad superior. Ese tipo de solidaridad, sobre todo en el mundo en que vivimos, debería ser extensible a muchas otras realidades”, concluyó, dejando claro que su cine seguirá siendo una respuesta al odio y la división social.
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