Son tiempos diferentes a los que se acostumbraban. Las redes sociales han sabido acercar distancias y la solemnidad con la que antes contaban los programas de televisión y las celebridades, ha sido reemplazada por un ida y vuelta mucho más interesante y natural. Es decir, ya no existe ese ente inalcanzable que eran los productos de antaño, sino que ahora tienen un vínculo directo con su público, que puede sentar sentencia (para bien o para mal) casi en tiempo real. Un ejemplo de esto es lo que sucede con Gran Hermano, que mantiene una comunicación casi constante con los espectadores.
Claro está que esta tendencia, aunque positiva, también puede significar un problema si no se la sabe administrar y si no se sabe a qué responder y a qué no. Está muy bien entender qué es lo que la gente quiere ver, pero montar todo un programa o cambiarlo en base a la ocurrencia de una sola persona (o algunas decenas de ellas) tampoco parece ser el camino adecuado. Quienes lo entienden, y pueden moverse en esa fina línea, encuentran resultados increíbles.
En las últimas horas, esta situación quedó más que en evidencia. Sucede que una espectadora de Gran Hermano se dirigió al Twitter oficial y, de manera un tanto cuestionable, dijo que no quería saber nada con una doble expulsión. Fue entonces que llegó la brillante respuesta de quien maneja la cuenta, que se ganó el aplauso de todos.
"Queríais que no fueran influencer, no lo son. Queríais que empezáramos a las 22:00, ya empezamos a esa hora. Queríais salseo, y os estamos dando del bueno... Cariño, hay que saber cuando parar...", escribió el CM de Gran Hermano 19. Un claro gesto de que oyen a su público, pero que tampoco van a dejar que decidan todo lo que vaya a pasar en él.