Ser hija de Carolina de Mónaco y nieta de Grace Kelly puede ser una carga pesada para algunos, pero Alexandra de Hannover, a sus 24 años, ha logrado construir una vida placentera y relativamente alejada de los focos. Pese a ser hija de Ernesto de Hannover, conocido por sus polémicas y enfrentamientos, Alexandra ha mantenido un perfil bajo y discreto.
Alexandra ha comenzado a enseñarse al mundo a través de su cuenta de Instagram que, aunque cuenta con apenas 2.195 seguidores, ofrece un vistazo selecto y cuidado de su día a día. En sus escasas publicaciones destacan las imágenes junto a su novio, Ben Sylvester Strautmann, un millonario alemán con el que lleva una relación de siete años. La pareja hizo pública su relación durante un partido de la Ligue 1 francesa en 2017 y, desde entonces, Ben ha incrementado su presencia en eventos importantes de Montecarlo, como el Baile de la Rosa, aunque siempre manteniendo un perfil bajo.
A través de su Instagram, hemos conocido algunas de las pasiones de Alexandra, como la literatura, compartida con su hermana Carlota Casiraghi. Entre sus lecturas recientes se hallan obras de Joan Didion, Colette y Mieko Kawakami, lo que refleja una inclinación por la literatura profunda y significativa.
Además, Alexandra ha enseñado su amor por Nueva York, ciudad en la que se halla como en casa y por su mascota, una perra Teckel miniatura llamada Mini Dachshund, que tiene su propia cuenta de Instagram con más de 120 publicaciones. Entre los seguidores de Alexandra se encuentran figuras cercanas como su cuñada Alessandra de Osma y sus primos Camille Gottlieb, Louis y Pauline Ducruet, esta última intentando abrirse camino en el mundo de la moda. A pesar de su linaje y las expectativas que conlleva, Alexandra de Hannover ha sabido forjar una vida propia, equilibrando su herencia con sus intereses personales y manteniendo siempre un toque de discreción.