La princesa Leonor atraviesa una de las etapas más particulares de su vida. Más allá de todo lo que representa su formación castrense para su rol institucional, la manceba, a sus 18 años, está viviendo un momento de mayor independencia y nuevas experiencias desde su traslado a Zaragoza. Como cualquier persona de su generación, la hija de los reyes quiere diversión, y sí que la está consiguiendo en la capital de la comunidad autónoma de Aragón.
La activa vida social de doña Leonor en Zaragoza incluye la asistencia a fiestas o locales bailables con relativa regularidad junto a sus amistades. Hasta este punto, no hay nada problemático, pues se trata simplemente de una manceba en busca de un momento de ocio. Sin embargo, según ha trascendido, la Princesa de Asturias ha tenido algunos inconvenientes en estas experiencias nocturnas...
Principalmente, el inconveniente es que cuando la princesa asiste a discotecas, la dinámica de esos eventos festivos se torna algo incómoda, pues la presencia de escoltas que intentan cuidar a la princesa y evitar que le tomen fotografías puede resultar invasiva. Así, se habrían vivido algunos momentos de tensión, incluyendo requisas, que han llevado a que crezcan los cuestionamientos para la manceba entre las personas de su propia generación.
De esta manera, la etapa de la princesa Leonor en Zaragoza ha tenido algunos sobresaltos en las últimas semanas. En principio, no se trata de un asunto de mayor gravedad, pero sí de una cuestión a corregir si se quiere evitar generarle un daño a la imagen de la propia futura monarca.
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