Demet Özdemir y Oguzhan Koç ingresaron al hotel Six Senses Kocatas Mansions tomados de la mano, sonrientes, ante la mirada de sus familiares y amigos que se habían reunido para la ocasión. A sus espaldas, custodiando el altar, se asomaba el Bósforo, que hacía algunas semanas había sido el testigo privilegiado del pedido de matrimonio. Parecía ser la boda ideal, pero, apenas ocho meses después, todo había terminado.
Los rumores comenzaron seis meses después de aquella noche. Un desencuentro y la ausencia de la actriz en el estreno de la película de su marido, hicieron que la prensa afirmara que Demet había dejado el domicilio conyugal. La pareja intentó desmentirlo y mantenerse al margen de las especulaciones, pero ocho semanas más tarde confirmaron que se habían divorciado.
El comunicado con el que se puso fin al matrimonio, sin embargo, lejos estuvo de ser claro. Demet Özdemir dijo que no habían sido capaces de que su matrimonio funcionase. Oguzhan Koç, en tanto, se demoró algo más, pero finalmente respondió a las preguntas de la prensa y, aunque de mal modo, dejó un testimonio similar. Conceptos ambiguos que no terminaron de convencer a nadie y que, a día de hoy, son los únicos justificativos que se conocen.
¿Qué sucedió entonces?
Esa es una respuesta que quizás nunca tendremos. El rumor más repetido por la prensa de su país dice que el matrimonio no pudo soportar los rumores de infidelidad que se habían instalado y que ubicaban a Demet Özdemir con un compañero de trabajo, pero, al menos hasta el momento, no hay ningún indicio que pruebe esta versión. Es por eso que el divorcio se encuentra en el más absoluto de los misterios.