La controversia en torno a Isabel Díaz Ayuso ha generado un intenso debate en las redes sociales, con diferentes perspectivas sobre el tema. El politólogo Alán Barroso expresó su indignación ante lo que considera una falta de prioridad en la gestión de la crisis sanitaria, contrastando la presunta corrupción con la situación de los mayores en las residencias durante la pandemia.
Otro usuario de Twitter señaló la falta de transparencia en las actividades empresariales de Ayuso y su hermano, destacando que la empresa Sismédica, de la cual son propietarios, no ha presentado cuentas desde 2014. Esta omisión ha generado críticas sobre la responsabilidad y la rendición de cuentas de los líderes políticos.
Sin embargo, algunos defensores de Ayuso argumentan que ella no debe ser responsable por las acciones de su pareja, especialmente si no está vinculada a decisiones de gobierno. Esta postura busca desvincular a Ayuso de cualquier irregularidad relacionada con su pareja.
Por otro lado, hay quienes comparan el escrutinio sobre Ayuso con el tratamiento de otras personalidades políticas, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa. Este enfoque sugiere un doble rasero en la percepción pública de la ética política, destacando la necesidad de un escrutinio equitativo independientemente del partido político.