Desde que se hiciera pública su relación con Laura Escanes, Álvaro de Luna ha sentido el peso de una fama que, lejos de centrarse en su música, invadió su vida personal. "Quiero hacer música y disfrutar de lo que hago... pero el precio de la fama es una condena", confesó el cantante en su reciente aparición en los Los40 Music Awards.
Para él, lo más duro ha sido ver cómo su vida privada eclipsaba su carrera y cómo las redes se convertían en un lugar de críticas constantes.
La presión de la ruptura y el desafío de gestionar la fama
En la alfombra roja del evento, Álvaro no esquivó ninguna pregunta y habló abiertamente sobre los efectos que esta exposición ha tenido en su vida. "Durante todo este año, lo más complicado ha sido la presión mediática y no saber cómo gestionarlo", explicó.
Además, agregó que el enfoque en su relación fallida con Escanes lo afectó más de lo que esperaba, pues no estaba acostumbrado a que su vida fuera tema de conversación pública. "Es difícil adaptarse", concluyó.
El artista se mostró visiblemente afectado al recordar cómo, en ocasiones, el simple hecho de salir a la calle se convierte en algo incómodo. "Intento hacer todo con normalidad, pero hay cosas que me encantaría hacer y no puedo. Es un precio alto", declaró.
Además, compartió que ha aprendido a ignorar comentarios destructivos en redes y que solo se queda con aquellos que considera constructivos.
Renovación personal y nuevos proyectos en puerta
Ahora, el cantante parece haberse renovado y se prepara para una nueva etapa. Con un cambio de look y una energía fresca, se enfoca en lo que realmente le apasiona: su música. Actualmente, Álvaro está trabajando en su próximo disco, que lanzará en mayo en un esperado concierto en el WiZink Center de Madrid.
Con esta nueva etapa, Álvaro de Luna espera poder recuperar el control sobre su vida privada y enfocarse en lo que realmente le importa: su música y los proyectos que le apasionan.
La relación entre Álvaro de Luna y Laura Escanes fue breve pero intensa, marcada por la constante atención mediática que acompañó cada paso de su romance. Aunque ambos mantuvieron la discreción en la medida de lo posible, su vida personal se volvió tema de conversación frecuente, afectando especialmente al cantante.
Ahora, con la distancia y un nuevo enfoque en su música, Álvaro parece decidido a cerrar este capítulo y retomar su carrera en sus propios términos, libre de la presión de los titulares. El WiZink Center espera; su próxima cita con el público es también el inicio de una etapa en la que la música vuelve a ser su prioridad.