En ‘Gran Hermano’, las estrategias de juego son cruciales para la supervivencia de los concursantes. Sin embargo, la táctica de Ruvens para desestabilizar a Vanessa parece haber fracasado estrepitosamente, quedando en evidencia ante todos sus compañeros. De hecho, lejos de lograr que la concursante quiera abandonar el programa, Ruvens solo ha despertado algunas inquietudes en ella.
En los últimos días, hemos visto cómo el concursante de ‘Gran Hermano’ ha intentado utilizar a Javier como un medio para atacar a Vanessa, convencido de que esta estrategia le permitiría ganar poder en el grupo. Pero, a pesar de sus esfuerzos por posicionarse como el líder, su plan se ha basado en una percepción bastante distorsionada de lo que realmente opina la mayoría, y por tanto le ha traído algunas consecuencias.
Ruvens ha planteado a sus compañeros de ‘Gran Hermano’ que Javier actúa como una especie de "escudo" para Vanessa, asegurando que esto la ha beneficiado en el juego. Sin embargo, esta jugada no solo carece de fundamento, sino que también ha dejado ver su temor hacia aquellos que realmente destacan en el concurso. Al intentar derribar a Vanessa a través de Javier, Ruvens ha dejado en evidencia su propia inseguridad.
No obstante, Ruvens no se da por vencido y sigue intentando manipular las votaciones y fomentar la desconfianza entre sus compañeros. Sin embargo, hasta el momento, solo ha logrado que sus propios aliados comiencen a cuestionar su liderazgo. De hecho, sus intentos de deslegitimar a Vanessa han llevado a sus compañeros de ‘Gran Hermano’ a replantearse su lealtad.
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