Uno de los elementos más buscados a la hora de pensar en una casa es la privacidad. Un aspecto que se da por sentado y se encuentra con mayor facilidad de las puertas hacia adentro, pero que comienza a complicarse si se cuenta con un balcón o un patio o jardín. Por fortuna, para esas ocasiones se puede contar con la incomparable ayuda de las plantas.
En ese contexto, una de las mayores aliadas que podemos encontrar es la Spiraea cantoniensis, también conocida como Corona de novia. Esta planta de origen asiático va bien con todo tipo de suelos, alcanza los dos metros de altura, resiste temperaturas altas y no requiere de demasiado cuidado. Tanto es así que su riego se tiene que dar cada 10 días en invierno y cada 3 o 4 en
primavera. Además, cuenta con unas hermosas flores blancas.
En la misma línea en cuanto a cuidado, se puede optar también por la Dodonaea Viscosa (Dodonea). Los cinco metros que alcanza y su frecuencia de riego (4 a 5 días en verano y 15 en invierno) hace que sea una buena opción para ganar privacidad rápido, sin estar tan pendiente de la planta. La mala noticia es que hay que tener mucho cuidado con las temperaturas a la que se la exponen, ya que resulta particularmente sensible a la humedad.
Por último, saliendo de la comodidad de la corona de novia y la Dodonea, otra planta que se puede mantener con relativa facilidad es el Photinia x fraseri (Fotinia). Se trata de un arbusto de crecimiento rápido que se puede moldear a partir de la poda. Posee un follaje denso, hojas simples perennes y brotes nuevos de color rojizo. El punto negativo es que necesita regarse dos o tres veces a la semana y es importante que se ubique en suelos ricos en nutrientes, permeables y con adecuada humedad.