Su llegada fue anunciada con bombos y platillos. Borja Prado arribaba a Mediaset con el objetivo de "despolitizar" Telecinco y recuperar la audiencia perdida. Un hecho que era celebrado por los detractores de la cadena, que veían en el nuevo presidente una especie de "salvador" de la televisión de calidad, de aquella que "la gente se merecía realmente", tal cual repetían cuando su veto se cargó a muchos de los personajes y programa mediáticos más reconocidos. Sin embargo, las cosas nunca salieron de la manera que esperaba.
A un año y medio de su llegada, los niveles de audiencia han alcanzado un mínimo histórico para la cadena, algo que se ve reflejado en una cantidad insólita de proyectos comenzados y cancelados en escasas semanas y en una baja notoria de los ingresos por publicidad. Una situación que ahora parece haber definido el futuro de Prado.
Este mismo diciembre, Borja Prado dejará de ser el presidente de Mediaset. El medio 'El economista' destaca que se trata de "una renuncia voluntaria tras discrepar con la línea editorial" de la cadena. Algo que se ve reflejado por sus interminables cruces con Alessandro Salem, actual Consejero Delegado de la empresa tras la marcha de Paolo Vasile.
Esta interna entre Prado y Salem escapa al común de la gente, puesto que no cuenta con cobertura mediática, pero ha traído varios problemas a nivel interno. Los directivos se encuentran distanciados por dos puntos claves: la línea editorial de 'informativos Telecinco' y el futuro de Jorge Javier Vázquez dentro de la empresa, querido por uno y denostado por el otro. Dos hechos que, según muchas fuentes que rodean el caso, llevaron a que los dueños de Mediaset consideraran que el nuevo presidente se estaba extralimitando en sus funciones, le quitaran poder de decisión y le advirtieran que podrían cesarlo si continuaba tomándose atribuciones que no le correspondían.
Estos tres eslabones terminaron de precipitar las cosas. Con las audiencias en un piso histórico, los dueños dándole la espalda y sus tareas limitadas (y controladas con advertencia incluida), Borja Prado habría entendido que lo mejor que podía hacer era presentar su renuncia. Se termina así un ciclo que, en apenas un año y medio, cambió las bases de Telecinco y ha significado un antes y un después en la cadena. Ahora solo restará esperar para saber si la situación mejora o empeora con el correr de las semanas y la nueva conducción que llegará a finales de este año o principio del siguiente.