Este sábado 2 de diciembre, el nombre del torero Juan Ortega protagonizó las portadas de los principales portales de noticias de España. No lo hizo por ningún logro profesional, sino por haber dejado plantada a su novia en el altar solo una hora antes de que la boda comenzara. Una maniobra que sorprendió a los más de 500 invitados que se habían acercado a Jerez de la Frontera para vivir la ceremonia.
Con el correr de las horas se comenzaron a conocer más y más detalles sobre lo sucedido. Primero se supo que fue el padre de Juan Ortega el encargado de avisarle a los invitados que la boda se cancelaba y que lo hizo a través de un mensaje. Luego, que técnicamente no ha sido el novio el encargado de tomar la decisión, sino que este planteó sus dudas a su pareja en una conversación muy tensa y ella habría terminado dando ese paso. Y ahora, finalmente, la decisión que ha tomado el torero en pos de, quizás, intentar conciliar un poco las cosas.
Según destaca 'Semana', Juan Ortega ha tomado la decisión de afrontar todos los costes de la fallida boda. Una cifra que ascendería a los 70.000 euros y que despertaba cierta preocupación en los familiares de la novia, que habían manifestado la incertidumbre que les generaba esa situación. Una medida que sin dudas busca calmar un poco las aguas y evitar una posible demanda a futuro, que al menos ya se había instalado como un interrogante a resolver.
El difícil de presente de la novia de Juan Ortega
Cuestiones administrativas aparte, la principal afectada de la situación es Carmen Otte, la novia abandonada en el altar por Juan Ortega. Según se supo, la profesional de la salud pasa sus días recluida en casa de sus padres y ha evitado tener contacto con nadie fuera de su familia. En palabras de sus allegados, se encuentra llorando todo el día, sin responder ninguno de los mensajes que le envían y sin atender ninguna llamada.