Los rumores de infidelidad y engaño sacudieron a la pareja de Federico de Dinamarca y su esposa Mary. Tras el escándalo por la presunta traición del heredero al trono con la empresaria, los amoríos de la exesposa de Cayetano Martínez de Irujo. Ante esto, el nombre del príncipe de Dinamarca comenzó a resonar en todos los titulares haciendo tambalear también su unión matrimonial. Ante esto, la condesa de Monpezat se pronunció acerca de este tema y fijó su posición.
Al parecer, después de la tormenta siempre viene la calma. Este último fin de semana, se pudo ver a Mary de Dinamarca junto a su flamante esposo caminando de la mano en el castillo de Marselisborg como un símbolo de unión ante semejante huracán mediático. Fue en 2004 cuando la royal declaró en un libro publicado ese mismo año cuáles eran los códigos éticos y de convivencia con su actual marido: "No aceptaría la infidelidad dentro de un matrimonio. Un [vínculo] se basa en la confianza. Y si se [excede] de esa confianza, digamos... [...] Hay un [exceso] de confianza muy grave".
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Además, en aquel entonces, Mary de Dinamarca habló de la lealtad y la honestidad como valores indispensables para llevar a cabo un matrimonio. "Es difícil recuperar la confianza cuando se ha [quebrado] por completo. La confianza es sagrada, es una obligación y uno de los pilares de nuestra sociedad. Es necesaria para mantener la independencia, para poder funcionar en pareja", rezó uno de los párrafos de la obra literaria de la realeza. Pese a que aún no se ha pronunciado sobre los rumores que condenan la deslealtad del hijo de la reina Margarita II de Dinamarca y Enrique de Laborde de Monpezat, la monarca habló con la comunicación corporal.
La extraña actitud de Mary de Dinamarca
"Sé que también hay personas en nuestra sociedad que están felizmente casadas con hijos, y tienen otros [vínculos extramatrimoniales], y esto es aceptado. Pero no podría hacerlo. Y no eres sólo tú quien está involucrado [...]. Cuando llega un hijo, ya no se trata solo de ti. Al fin y al cabo, también tienes obligaciones con ellos", exclamó tajante la aristócrata. No obstante, como maniobra de defensa de Federico de Dinamarca, sus representantes aseguraron que él y Genoveva Casanova son muy buenos amigos y confidentes, aunque nadie sabía a viva voz de esta unión. Sin embargo, al parecer, Mary decidió creer y afrontar de la mano junto a su amado la condena social de toda una nación que está espantada por la traición a la moral y a la ética de valores que él mismo intenta transmitir en pueblo.