Hay ocasiones en las que la manera en la que suceden los hechos escapan a toda lógica. Momentos puntuales en los que la razón parece tomarse vacaciones y decantan en un destino que nadie podría haber imaginado. Sin dudas, el plantón de Juan Ortega a su novia y la cancelación de su boda a una hora de que se celebrase, es un claro ejemplo de esto, porque lejos del repudio que, a priori se podría suponer, el torero ha encontrado una serie de indicios positivos de cara al público.
El nombre de Juan Ortega se ha instalado entre la gente de manera fulminante. Si bien hasta ese momento era conocido dentro de algunos círculos, no fue hasta el plantón en su boda que logró trascender nichos. Una prueba de esto es lo que ha sucedido en los motores de búsqueda más conocidos del mundo, donde el torero ha pasado de tener un interés mínimo (1 sobre 100) al máximo (100 sobre 100), algo que se tradujo en que las noticias a su alrededor se multiplicaran exponencialmente. Un movimiento similar a lo que ha ocurrido en sus redes sociales.
De la misma forma, si bien en un primer momento las voces críticas no se hicieron esperar, con el correr de las horas ha sabido encontrar defensores. En los últimos días, el entorno de Juan Ortega ha intentado explicar que él llevaba tiempo advirtiendo a Carmen Otte Alba, su novia, que no quería casarse, pero que ella hacía oídos sordos y atribuía esa indecisión a los "nervios típicos por la boda". Reconocen que su manera de actuar no fue la correcta, pero que no era algo nuevo o que no hubiese advertido. Un discurso que ha logrado convencer a más de una persona.
Por último, en lo que respecta al ámbito profesional, Juan Ortega es consciente de que esta situación difícilmente lo perjudique, por lo que apunta a enfocarse en su carrera mientras permanece en silencio. En el círculo más cercano comenta que no piensa "dar explicaciones" y que considera que dentro de poco aparecerá otra noticia que tapará lo sucedido y hará que la prensa se olvide del caso. Por lo que no se encuentra preocupado y entiende que no será el primer ni el último torero que viva un escándalo de este estilo.
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