El pasado 22 de diciembre, Joan Manuel Serrat ofreció el último concierto de su carrera en el Palau Sant Jordi. Un artista que deja una huella imborrable tanto en nuestro país como en el extranjero, donde ha sabido escribir una obra repleta de historias y anécdotas que se han convertido en la banda sonora de muchas vidas.
Como sabemos, Joan Manuel Serrat le ha dicho adiós a la música de manera definitiva luego de una extensa gira de ocho meses. Tras toda una trayectoria en la cual se ha ganado el amplio reconocimiento del público, el cantante ha devenido en un símbolo de nuestra identidad popular, y ese es uno de los mayores valores de su legado.
Además, hay quienes confirman las soluciones terapéuticas que brinda de la música de Serrat. Las letras de su obra retratan lugares comunes y sucesos habituales con los que logra una particular cercanía con el oyente al movilizar ciertas fibras emocionales. Consideran al cantante un auténtico aliado contra la neurosis y los dilemas cotidianos.
Joan Manuel Serrat no solo ha sido un buen cantautor, sino que ha quedado adherido a la memoria colectiva, convirtiendo su nombre en una leyenda que perdurará a las generaciones. Y, ahora que es tiempo de su retirada, nunca viene mal recordarlo: su habilidad para describir la belleza en pocas palabras, es el detalle más inspirador de su legado.