En los últimos meses, José Ortega Cano y Ana María Aldón se han convertido en los protagonistas absolutos del panorama mediático. Su crisis matrimonial ha provocado un auténtico revuelo incluso dentro de su propia familia, cuyos integrantes han quedado divididos en bandos opuestos; en este contexto, el torero ha adoptado una estrategia contra quien considera su mayor enemigo.
A pesar de que Ana María Aldón se encuentra angustiada y con apoyo de profesionales que la ayudan a sobrellevar su conflictivo presente, delante de las cámaras de televisión ha estado enseñando una imagen muy distinta al presentarse de manera estoica e imperturbable. Por el contrario, José Ortega Cano ha identificado al periodismo como el villano de esta historia y parece decidido a llevar un plan para enfrentarlo.
José Ortega Cano ha adoptado una posición opuesta a la de su esposa al reaccionar con un escándalo en cada una de sus apariciones mediáticas. Sin embargo, dentro de su ámbito privado, el torero parece estar ubicado en una dimensión paralela, ya que no se siente libre de expresar lo que realmente le sucede.
Ya sea por un plan premeditado para distorsionar la realidad o por incapacidad del propio Ortega Cano para expresar sus emociones, lo cierto es que las cosas no están siendo sencillas en absoluto en su casa, donde el diálogo se ha perdido casi por completo. Tras este escenario, pensar en una reconciliación parece una meta imposible, aunque ante la prensa pretendan ocultar lo evidente.