Cuando Anabel Pantoja comenzó su aventura en 'Supervivientes' lo hizo por todo lo alto, transformándose en uno de los personajes más atractivos y divertidos del programa. Sin embargo, a medida que su vínculo con Yulen avanzaba, aquellas primeras impresiones parecían apagarse, dejando lugar a actitudes que fueron muy criticadas, tanto por sus compañeros como por el público. Por fortuna, en las últimas horas, la colaboradora parece haber recodado la memoria y ha protagonizado un momento hilarante junto a Ignacio de Borbón que alegró a muchos en la isla.
Todo comenzó cuando Anabel Pantoja deslizó la teoría de que el rey Juan Carlos apoyaba a Ignacio de Borbón y ese era el motivo por el que se salvaba de las nominaciones. "Tiene mucho apoyo en los Emiratos Árabes, seguro que están todos allí votando. Tendrá una camiseta para dormir que ponga 'Ignacio, Ignacio ganador'. Le habrá dicho a los españoles: 'votad a Ignacio', estoy segura", dijo, despertando la risa de su compañero.
Tras eso, Anabel siguió analizando al resto de la familia de Ignacio de Borbón, diciendo quién lo apoya y quien no. Según ella, Victoria Federica está encantada con tener "un primo superviviente" y la infanta Sofía lo sigue a escondidas, ya que no la dejan ver tele, aunque también cree que el joven no cuenta con el beneplácito del rey Felipe y la infanta Cristina
Tras esa descripción de la Familia Real, Anabel Pantoja aprovechó que Ignacio acababa de pescar siete peces y envío un mensaje hacia el Rey Emérito. "Hola majestad, sí aquí desde Cayos Cochinos. Tú no sufras, ya te invitaré a una cervecita en Triana. Dale al botón de videollamada que queremos enseñarte lo que ha pescado tu pariente", dijo, simulando hablar por móvil. Su compañero no dudó en sumarse al juego y dijo que le dedicaba su logro.
De esta forma, Anabel Pantoja e Ignacio de Borbón han protagonizado uno de los momentos más divertidos de los últimos programas de 'Supervivientes'. Sin dudas se trata de un gran cambio en la actitud de la colaboradora, que llevaba mucho tiempo demostrando otra forma de ser, mucho más lejana a la que supo lograr que la gente la quiera.