Hay personas que tienen su destino escrito desde que llegan a este mundo; su talento es innato y sale a la luz desde el primer momento. Ese ha sido el caso de Paco Rabal. Con apenas 4 años, este recitaba versos completos de obras que podrían considerarse un tanto complicadas, interpretándolas con aquella pasión que solo un niño puede transmitir.
A pesar de que su infancia fue complicada por cuestiones económicas, en 1946 Paco Rabal se inició como actor de cine y, desde entonces, su vida dio un giro de 180°. Con el pasar del tiempo, su amigo, José Tamayo, le presentó a Asunción Balaguer, una colega de quien se enamoró perdidamente y con quien se casó en 1951.
Al poco tiempo, se convirtieron en padres de dos niños, María Teresa y Benito. Asunción se retiró de la vida pública y se dedicó por completo a su familia mientras Paco Rabal se convertía en una estrella internacional. Con el éxito que el actor estaba alcanzando —y debido al tiempo que permanecía alejado de su familia—, el intérprete comenzó a fallar al juramento de fidelidad que le había hecho a la madre de sus hijos.
Asunción aceptaba a regañadientes las constantes infidelidades de Paco Rabal; no obstante, en lugar de hacerle escenas de celos, intentaba llamarlo a conciencia con mucha dulzura. A pesar de las continuas deslealtades del actor, entre la pareja existía un amor inimaginable, capaz de perdonar y curarlo todo. A sus 94 años, Balaguer aún recordaba a su esposo con amor asegurando: "Mi vida sentimental no existe desde el momento en que él se fue".