Tanto Grace Kelly como Charlène han llegado al trono de Mónaco habiendo previamente sido reconocidas a nivel mundial, una como deportista y la otra como actriz. Sus vidas habían estado alejadas de la realeza y de la sociedad de alto nivel de Europa, pero al conocer a Raniero III y a Alberto II respectivamente, sus vidas cambiaron por completo. Lo cierto es que la ‘princesa triste’ comparte una enfermedad que también habría padecido la madre de su actual esposo.
En una ocasión anterior desde Ibero Show nos hemos referido al punto de unión entre Lady Di y Charlène, pero ahora se ha desvelado un hecho que mantendría aún más cerca el presente de la ‘princesa triste’ con Kelly. En un principio, la cotidianidad de ambas herederas al trono se había visto obstaculizada por los reglamentos de la corona y por las normas morales a las que se debieron ajustar, un proceso agotador para dos personajes libres que lo tuvieron que perder todo.
Según la revista Hola, cuando Charlène ingresó a una clínica privada Suiza, el príncipe Alberto habló de agotamiento “físico y mental”, de un “cansancio profundo” que no le permitía “afrontar sus tareas”, y de una incapacidad para “afrontar los deberes oficiales, la vida en general o incluso la vida familiar”. A partir de ese entonces, la monarca solo ha aparecido en ocasiones especiales y de manera fugaz, en donde su rostro siempre se ha mantenido apagado.
“Grace padeció una depresión terrible durante los primeros años de su matrimonio, no muy diferente de la que está pasando ahora Charlène”, llegó a decir el periodista estadounidense Joel Stratte-McClure, quien reportó la vida de Kelly hasta el inicio de su reinado. La ansiedad, la angustia y el devenir de familias ajenas a la realeza habrían sido algunos de los padecimientos que habrían tenido en común la actriz y la actual monarca monegasca. Lo cierto es que desde hace un mes, Charlène de Mónaco ha retomado su rumbo en la escena pública. Ayer viajó a Noruega para reunirse con la Familia Real y se espera un renacer de ahora en más.