Los ojos de la audiencia se han puesto nuevamente sobre la figura de Enrique Morente. Encandilado por el talento que sus hijos, Kiki y Estrella, han heredado de él, aunque también por algún que otro escándalo mediático, el público y las nuevas generaciones se han interesado en los detalles de la vida del artista y de todo su clan.
Enrique Morente fue todo un innovador del flamenco. Se ha dedicado, entre otros hitos artísticos, a fusionar los ritmos gitanos con otros géneros que parecían disímiles, como el rock e incluso la música clásica."Yo soy una persona que me aburre cantar siempre igual y pienso que la ortodoxia hay que cogerla e inspirarse y desarrollarla para hacer cosas que inviten a hacer nuevo arte”, expresaba Morente, quien no identificaba límites tanto en su propia obra así como también en la experiencia artística. Por tal motivo, se ha ganado el mote de “el Picasso del Flamenco”.
Tal como sucedía con el disruptivo Astor Piazolla en el tango, cuyos adeptos más puristas no terminaban de aceptar las modernas composiciones del argentino, Enrique Morente ha padecido de la misma falta de entendimiento para algún sector más conservador de la época, aunque finalmente ha terminado gozando de una gran popularidad.
El cantaor falleció un 13 de diciembre del 2010 a causa de una muerte cerebral, luego de una operación de úlcera que le ha dado severas complicaciones. La familia del artista ha intentado esclarecer si ha habido negligencia médica, por lo que libraron una batalla judicial que finalmente falló en su contra. Quedará vivo el recuerdo y su legado a través de sus hijos, quienes continúan por el mismo camino que su padre, convertido a estas alturas en una verdadera leyenda gitana.