Manolo Santana falleció el pasado 11 de diciembre a los 83 años. Con su muerte, el deporte español y el ambiente del tenis sufrieron una pérdida muy grande. Es que el deportista llegó a ser el número 1 del mundo en 1965 y conquistó Wimbledon en 1966. Además, siempre fue un símbolo de perseverancia y constancia porque comenzó como alcanzapelotas en Club Velázquez de Madrid, jugó con pelotas viejas y una raqueta hecha a mano, hasta que luego se convirtió en un exponente y en una de las mayores inspiraciones de jugadores como Rafael Nadal.
Es por todo lo que significó como deportista, persona, padre y esposo que este sábado se le rindió homenaje en el Club Puente Romano de Marbella. Allí se hizo presente Claudia Rodríguez, la viuda de Manolo, que se mostró sumamente conmovida y emocionada por lo que estaba sucediendo. Una de las hijas del tenista, Bárbara, tuvo que arropar a la mujer, aunque ella también se veía abatida. El homenaje fue llevado a cabo por la Real Federación Española de Tenis y del mismo participaron varias personas reconocidas como Bjorn Borg, Nicola Pietrangeli, Jan Kodes e Ion Tiriac.
Sucede que desde que Santana dejó este mundo y se llevó a cabo su último adiós, casi nada se supo de la vida que estaba llevando Claudia sin su compañero, a quien acompañó en todo momento, en los triunfos y en las derrotas, en la salud y en la enfermedad, con quien disfrutó hasta el último minuto juntos.
Cabe destacar que en las últimas semanas la herencia de Manolo había sido un tema controversial que ocupó las primeras planas de muchos medios. Por eso, el homenaje cae como un paño frío en el complicado momento familiar que atraviesan los de la sangre del tenista.