Sin dudas, el programa televisivo ´Pasapalabra´ ha sido un éxito rotundo para la pantalla chica, sobre todo para Telecinco, que invirtió para adquirir este formato para cautivar a su audiencia. Sin embargo, tras una decisión del Tribunal Supremo se obligó a la productora Mediaset a dejar de emitir las puestas al aire conducidas por Christian Gálvez. De inmediato, Antena 3 comenzó a desplegar estrategias comerciales para lograr su compra, hasta que llegó a concretar su objetivo. Desde ese entonces, el cambio de pantalla le trajo nuevos aires al enlatado, aunque aún se destacan importantes rostros de la vieja camada. Uno de ellos es Orestes Barbero.
El histórico participante de ´Pasapalabra´ sigue batiendo récords. Su vasto conocimiento lo llevó a competir por numerosas ediciones consecutivas superando a Pablo Días por más de 260 ediciones en su haber. Estudiante de Filosofía por la Universidad de Salamanca y graduado en Filología, Orestes Barbero ha conseguido consolidarse como uno de los rostros más queridos del país siendo el concursante más popular de la televisión.
Asimismo, Orestes Barbero le ha puesto fin a una etapa en un triste adiós que, a su vez, vine a a poner un poco de alivio en su búsqueda de los dos millones de euros. Tras no haber atravesado un buena etapa en el plano personal, el muchacho de 25 años venía de pasar por una racha que dificultó su objetivo, aunque, con la ayuda de sus compañeros de certamen, volvió a remontar y ahora ha vuelto a dar lo mejor de sí, pero ya lejos de las polémicas causas judiciales que lo apartaron del plató por dicha sentencia a la emisora, donde llegó a ganar 68.400 euros.
Por esta razón, ahora, Orestes Barbero se regocija de una nueva casa televisiva en compañía de otro personaje histórico de ´Pasapalabra´: Rafa Castaño. Ambos, ahora en Antena 3, intentan quedarse con el tan ansiado Rosco para sellar su paso a la inmortalidad de los concursos exitosos de la televisión de aire. Mientras tanto, la dupla sigue enfrentándose entre sí, aunque por el momento los once empates no les permitieron concretar su mayor anhelo: ganar de una vez por todas.