Luego del fallecimiento de Isabel II en septiembre, el territorio británico carece de soberano, porque si bien en Europa abundan los monarcas, carecen los líderes. Y es que Isabel II, además de su título, tenía una influencia que iba más allá de una familia real. En lo que refiere a ascendencia de la casa Windsor, Camilla no es rival ni para la reina Letizia ni para la reina Máxima.
Y es que recién el 6 de mayo de 2023 tendrá lugar la coronación de Camilla como reina consorte. Pero, según los especialistas en realeza, dudan que la figura de la nueva monarca alcance a la que tuvo la reina Isabel II, que era jefe de Estado, ni al puesto que tienen sus homólogas, doña Letizia y Máxima. Probablemente esto sea momentáneo hasta que los encargados de la publicidad monárquica británica se encarguen de enaltecer la imagen de la reina consorte Camilla.
Actualmente la influencia de la reina Letizia y la reina Máxima en el planeta royal supera la presencia de otras monarcas. Ambas son reinas en el pico de popularidad y productividad que no tienen rival en la agenda internacional. Si bien tienen muchas cosas en común, como el liderazgo continental de lo monárquico, existe cierta rivalidad. Por un lado, la reina Letizia es más sobria en cuanto atuendos y las tiaras que usa, mientras que a la reina Máxima se la pudo ver con excéntricas coronas en sus viajes.
Además de ello, la reina Máxima le gana a Letizia en liderazgo, ya que tiene más presencia en discursos y cumbres referidas a temas económicos. Por su parte, nuestra regente se vincula a temas referidos a la salud, ya sea la investigación contra enfermedades terminales, difusión de salud mental e incluso la investigación de enfermedades raras. Todo el tiempo se están enfrentando en líneas de poder e influencia dentro de los roles de las coronas europeas.