La vida de Sara Carbonero ha dado un vuelco terrible después de que fuera diagnosticada con cáncer en su ovari* hace tres años. En las últimas horas, la periodista debió ser nuevamente intervenida quirúrgicamente en la Clínica Universitaria de Navarra debido a este susto en su salud. Además, la muchacha se ha visto envuelta en algunas complicaciones en los últimos meses.
Después de su separación de Iker Casillas, la presentadora se refugió en su familia. Es que Sara Carbonero se alejó incluso de la televisión para encontrar su nuevo lugar en el mundo de la radiofonía. No obstante, la aventura en la radio se terminó antes de lo esperado, lo que le ha dejado un sabor amargo a la periodista.
Cabe destacar que Sara Carbonero siempre ha sido muy celosa de su vida privada. Durante los 11 años de vínculo sentimental con Iker hasta su ruptura en el 2021, la presentadora bajó su perfil y se dedicó intensamente a los suyos, sobre todo a sus hijos. También puso su tiempo en retomar las riendas de su vida y volver a sus pasiones.
Así, de a poco, Sara Carbonero fue reconstruyendo su vida de soltera y, en menos de lo esperado, relajada y feliz volvió a encontrar el cariño en los brazos de otro hombre: Nacho Taboada. El músico, con quien se conoció en la primavera pasada, hizo que la vida de la periodista se estabilizara un poco y volviera a confiar.
Goyi Arévalo, su apoyo incondicional
Después de haber tenido que ser intervenida de urgencia tras haber sido diagnosticada de una afección en su organismo, Goyi Arévalo, la madre de Sara Carbonero, no ha dejado pasar un segundo que ha corrido a su lado y ha puesto en práctica su expertise en cuidados.
No solo su experiencia como madre le da a Goyi lo necesario para estar al cuidado de su hija, sino que trabajó en una residencia para la tercera edad en Toledo, en donde asistía a ancianos y ancianas. Si bien ya no ejerce su profesión para poder pasar tiempo de calidad con sus nietos y centrándose en su propia vida, la madre de Sara Carbonero se puso a disposición al cien por ciento para estar al lado de su hija y brindarle todo lo que necesite.
Al enterarse que operarían a su hija, Goyi dejó todo y se trasladó desde Corral de Almaguer a Madrid para no solo cuidar a Sara Carbonero, sino también hacerse cargo de sus nietos, repartiéndose las tareas con Irene, la hermana de Sara. Ambas procuran que los niños continúen con sus rutinas, para sacar de la cabeza de Sara esa preocupación.