El sábado, la noticia de Jaime Ostos tomó a todos por sorpresa. Es que el torero de 90 años murió sorpresivamente y lejos de casa. El reconocido matador sufrió un infarto en Bogotá, Colombia, donde se encontraba de viaje con su mujer, María de los Ángeles Grajal. Ella fue quien confirmó la muerte del diestro en la clínica El Country de Bogotá.
Hacía tan solo diez días desde que la doctora y el torero habían decidido emprender viaje del otro lado del charco para vivir una nueva experiencia en el exterior. Un día antes de volver a casa, sucedió el trágico suceso que se llevó la vida de Jaime y dejó destrozada a Mari Ángeles, que sola, debió hacerse cargo de todos los trámites pertinentes mientras sufría la muerte de su compañero de vida.
Varias personas expresaron su tristeza ante el fallecimiento del maestro: desde sus propios hijos, Jacobo y Gabriela Ostos, hasta José Ortega Cano, su colega. Desde "Viva la vida" también se comunicaron con. personas cercanas a Jaime y, según pudieron saber, Mari Ángeles está destrozada. Jacobo, el hijo que tienen en común confirmó esto, destacando que sus padres han sido unidos y felices hasta los últimos respiros del torero.
Te puede interesar: "José Ortega Cano, destrozado tras el fallecimiento de Jaime Ostos"
Si bien entre Mari Ángeles y Jaime había más de 20 años de diferencia, comenzaron a salir después de que el diestro comenzara y terminara relaciones turbulentas con otras mujeres, como Consuelo Alcalá. Grajal, sin embargo, fue distinta y logró casar a Jacobo en tres ocasiones, dos por civil y una por iglesia. De su amor nació Jacobo, quien siempre se mostró cercano a sus padres y quien siempre ha hablado maravillas de la relación que sus progenitores mantenían.
Como todas las relaciones, la de Jaime y Mari Ángeles ha tenido momentos buenos y otros no tanto, pero a pesar de lo malo que pudieran haber vivido, la doctora siempre presumió de lo feliz que fue su marido a su lado, incluso hasta el día en el que el destino decidió que era momento de separarlos.