Este sábado 8 de enero, se hacía pública la triste noticia de que Jaime Ostos -todo un referente en el toreo durante las décadas del ’60 y del ’70- había fallecido a los 90 años a causa de un infarto. Fue Jacobo Ostos (38), tercer hijo del torero, quien confirmó la triste noticia durante la emisión de Viva la vida en una conversación telefónica, después de comunicarse con Makoke.
La muerte del astro se produjo en Colombia, cuando estaba a punto de coger un vuelo para volver a España luego de haber pasado unos relajantes días de vacaciones junto a su esposa, Mariángeles Grajal, y sus grandes amigos Ivette Uhia y el torero Gitanillo de América.
Jaime y Mariángeles se dirigieron a Colombia, más específicamente a Cartagena, el 30 de diciembre para pasar las fiestas de Año Nuevo y de Reyes. Los días cartageneros de Ostos y Grajal con sus amigos españoles y colombianos estuvieron repletos de fiesta y alegría. El matrimonio acudió el primer día a una cena en casa de la empresaria y Presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer de Marbella, Maika Pérez de Cobos.
El 31 de diciembre, la pareja y sus amigos celebraron por anticipado a las seis de la tarde (hora colombiana) las doce campanadas que fueron retransmitidas por Televisión Española. Al finalizar, el sevillano quiso demostrar personalmente como había que utilizar el capote y realizó varios pases. Este capote lo llevó su gran amigo, el retirado Gintanillo de América, como un homenaje. Al entrar en la casa sonó un pasodoble y el maestro saludó en modo torero. “Solo me falta la montera” dijo.